miércoles, 1 de marzo de 2017

EL MOLINO 12


 

 

Cuánto me divierte la risa de estos cerros

Como la brisa que silba acrósticos

Tengo Esperanza de que la poesía finalmente florezca en Valparanoia

Los Placeres que hasta ahora hemos extrañado

Un día se trocarán en sueños reales

Si hay un Barón que unge sus manteles con manjares exquisitos

Es el poeta del cerro Lecheros

Dime Larraín si alguna vez tu padre se asomó a esta ventana

Para ver llegar su dama blanca con las ropas manchadas de sangre

Rueda Rodelillo    rueda con tus poetas afincados en el aire

Rueda cerro arriba hacia el parnaso porteño

Y si has visto a Rodríguez cabalgando en las nubes    cuéntamelo amigo

Que este Molino sabe guardar secretos

Yo sé que en Ramaditas vive el primer amor

Y que Rocuant no sería tal sin el predicador itinerante que destiló evangelio en sus calles ciegas

Un santo varón como San Roque lo sabe y lo oculta

Porque es humilde  piadoso peregrino de los cerros

Y el padre O’Higgins de la patria mía y de la patria tuya por exiliado no sabe

De mi Santa Elena personal

Ni del templo que me quitaron en la Merced

Y las bestias retozando y comiendo en el Pajonal

Cuando el Litre besaba la piel de La Virgen

Entre Las Cañas de La Cruz incendiada de pobreza

Monjas y bellos jóvenes acudían a liberar Mariposas para vestir con sus capullos a San Juan de Dios que vagaba desnudo por la ciudad

Cuán Florida y Alegre fue esa mañana para el profesor Jiménez

Bellavista tuvo desde su balcón

Entre Yungay y La Loma todo era miel de oro líquido

Hasta las celdas de la Cárcel se vistieron de luz

San Francisco feliz celebró tan divina Concepción

La libertad del amor se esparció por la Cordillera

Eran Delicias espirituales que nos volvían la fuerza de un Toro

Hasta el mismo Santo Domingo pedagogo

Invitó a no comulgar con ruedas de Carretas

Ni en Arrayán ni en Perdices

So pena de cargar toda su Artillería en la Playa Ancha

Contra los molinos disfrazados de poetas
 
 
 
 

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